Por ello, debe el hombre asumir la determinación de adoptarla en la forma correcta y rechazarla en ocasión que no corresponda.
Ha sido dicho: "La persona arrogante, finalmente se empequeñecerá", y sus cenizas no resucitaran, haciendo que la propia santidad se lamente de su persona. Dice D-os: No puedo convivir con este tipo de persona en el mundo, como esta escrito: Quien enaltece sus ojos y ama la ambición, con el no estaré. Y dice los sabios: La persona soberbia, incluso por la gente de su propia casa no es aceptada como esta dicho: El hombre arrogante no sera acompañado, incluso por el ser mas cercano.
Quien posee esta inclinación a la soberbia, debe tratar de erradicarla de si, ya que se trata de un rasgo sumamente censurable, cuyo prejuicio es grande y permanente y su beneficios en extremo pobres.
Contaremos una historia como ejemplo: Existió un rey que estando en su trono, observo sitiales frente a el que se hallan dispuestos uno por sobre el otro. Y les pregunto el rey:¡¿como es que ocuparon lugares uno por encima del otro sin mi autorización?!!!. El que se hallaba encima respondió: Mi encumbrada estirpe me elevo sobre los demás. El segundo contesto: Me coloque sobre mis compañeros debido a mi inteligencia. El tercero respondió: MI modestia y sumisión me llevaron a estar debajo de ellos. Y a este el rey lo elevo y encumbro.
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