LO QUE CONCIERNE AL ARTE
Si DESEAS tener éxito es necesario hacer las siguientes operaciones en las horas y días apropiados, con la solemnidad requerida y el ceremonial contenido en los siguientes capítulos.
Las operaciones son de dos tipos. Las primeras son aquellas que se pueden llevar a cabo sin necesidad de un círculo y en cuyo caso no es necesario observar más que lo que se encuentra en los capítulos apropiados. La segunda clase de operaciones no pueden llevarse a cabo de ninguna forma sin Círculo, y para lograr esto a la perfección es necesario observar la preparación que el Maestro del Arte y sus discípulos deben hacer antes de construir’ el Círculo. Antes de comenzar las operaciones, tanto el maestro como los discípulos deben abstenerse con gran continencia, durante el espacio de nueve días, de los placeres sensuales y de la conversación yana, como se asienta en el Libro II, Capítulo IV. Habiendo transcurrido seis de estos días, debe recitarse frecuentemente la oración y la confesión que se dará posteriormente; en el séptimo día, el Maestro, estando solo, entrará en un lugar secreto, se desnudará y se bañará de la cabeza a los pies en agua consagrada y exorcizada diciendo devota y humildemente la oración “Oh Señor Adonai”, etcétera, como está escrito en el Libro II, Capítulo II. Habiendo finalizado la oración, el Maestro debe salir del agua y ponerse vestidura inmaculada de lino blanco. Después deberá ir con los discípulos a un lugar secreto y mandarles desnudarse y ordenarles tomar agua exorcizada y vaciarla sobre sus cabezas de modo que corra a través de su cuerpo hasta los pies, bañándolos completamente. Mientras hacen esto, el Maestro debe decir: “Sean regenerados, renovados, lavados y purificados”, etcétera, como se dice en el Libro II, Capítulo III. Habiendo hecho esto, los discípulos deben vestirse como el Maestro, con ropas limpias de lino blanco. Los tres últimos días, el Maestro y sus discípulos deberán ayunar, observando las formalidades y oraciones marcadas en el Libro II, Capítulo II. Obsérvese que los últimos tres días deberá haber tiempo tranquilo, sin viento y sin nubes que cubran el cielo. En el último día debe ir el Maestro con sus discípulos a una fuente secreta de agua corriente o a un arroyo donde deben desnudarse y lavarse can la debida solemnidad, como se indica en el Libro II. Una vez limpios y puros, cada quien debe ponerse sus vestiduras de lino blanco, limpio y puro, usando las ceremonias y oraciones descritas en el Libro II, después de lo cual el Maestro debe decir la confesión solo. Habiendo terminado, el Maestro deberá dar un beso2 en la frente de sus discípulos en señal de penitencia y cada uno de ellos se besará mutuamente de la misma mánera. Enseguida el Maestro extenderá sus manos sobre los discípulos en señal de absolución, los bendecirá y los absolverá. En seguida les distribuirá a cada uno los instrumentos necesarios para el arte mágico, los cuales llevará dentro del círculo. El primer discípulo portará el incensario, los perfumes y las especias; el segundo discípulo portará el libro, los pergaminos, las plumas, tintas y demás materiales impuros; el tercero llevará el atamé, la lámpara y las velas; el cuarto los salmos y el resto de los instrumentos; el quinto el crisol o bracero y el carbón o combustible. Es necesario que el Maestro lleve en su mano la espada o la vara mágica o el cetro. Una vez dispuestas estas cosas, el Maestro avanzará con sus discípulos hacia el lugar escogido, donde construirán el Círculo para las artes mágicas y operaciones, repitiendo en el camino las oraciones que se encuentran en el Libro II. Una vez que han llegado al lugar escogido, el Macro debe encender la flama del fuego y habiéndolo exorcisado como se muestra en el Libro II, debe encender la vela y ponerla en el candelero, el cual uno de los discípulos debe tener siempre en la mano para alumbrar al Maestro en su trabajo. Ahora el Maestro del Arte, cada vez que tenga ocasión para hablar de algún propósito particular con los espíritus, debe ocuparse de formar ciertos círculos
diferentes relacionados directamente con la operación particular que quiera llevarse a cabo. Si se desea tener éxito en la formación correcta del Círculo Mágico, para mayor seguridad y eficacia debe construirse en la siguiente manera:
Si DESEAS tener éxito es necesario hacer las siguientes operaciones en las horas y días apropiados, con la solemnidad requerida y el ceremonial contenido en los siguientes capítulos.
Las operaciones son de dos tipos. Las primeras son aquellas que se pueden llevar a cabo sin necesidad de un círculo y en cuyo caso no es necesario observar más que lo que se encuentra en los capítulos apropiados. La segunda clase de operaciones no pueden llevarse a cabo de ninguna forma sin Círculo, y para lograr esto a la perfección es necesario observar la preparación que el Maestro del Arte y sus discípulos deben hacer antes de construir’ el Círculo. Antes de comenzar las operaciones, tanto el maestro como los discípulos deben abstenerse con gran continencia, durante el espacio de nueve días, de los placeres sensuales y de la conversación yana, como se asienta en el Libro II, Capítulo IV. Habiendo transcurrido seis de estos días, debe recitarse frecuentemente la oración y la confesión que se dará posteriormente; en el séptimo día, el Maestro, estando solo, entrará en un lugar secreto, se desnudará y se bañará de la cabeza a los pies en agua consagrada y exorcizada diciendo devota y humildemente la oración “Oh Señor Adonai”, etcétera, como está escrito en el Libro II, Capítulo II. Habiendo finalizado la oración, el Maestro debe salir del agua y ponerse vestidura inmaculada de lino blanco. Después deberá ir con los discípulos a un lugar secreto y mandarles desnudarse y ordenarles tomar agua exorcizada y vaciarla sobre sus cabezas de modo que corra a través de su cuerpo hasta los pies, bañándolos completamente. Mientras hacen esto, el Maestro debe decir: “Sean regenerados, renovados, lavados y purificados”, etcétera, como se dice en el Libro II, Capítulo III. Habiendo hecho esto, los discípulos deben vestirse como el Maestro, con ropas limpias de lino blanco. Los tres últimos días, el Maestro y sus discípulos deberán ayunar, observando las formalidades y oraciones marcadas en el Libro II, Capítulo II. Obsérvese que los últimos tres días deberá haber tiempo tranquilo, sin viento y sin nubes que cubran el cielo. En el último día debe ir el Maestro con sus discípulos a una fuente secreta de agua corriente o a un arroyo donde deben desnudarse y lavarse can la debida solemnidad, como se indica en el Libro II. Una vez limpios y puros, cada quien debe ponerse sus vestiduras de lino blanco, limpio y puro, usando las ceremonias y oraciones descritas en el Libro II, después de lo cual el Maestro debe decir la confesión solo. Habiendo terminado, el Maestro deberá dar un beso2 en la frente de sus discípulos en señal de penitencia y cada uno de ellos se besará mutuamente de la misma mánera. Enseguida el Maestro extenderá sus manos sobre los discípulos en señal de absolución, los bendecirá y los absolverá. En seguida les distribuirá a cada uno los instrumentos necesarios para el arte mágico, los cuales llevará dentro del círculo. El primer discípulo portará el incensario, los perfumes y las especias; el segundo discípulo portará el libro, los pergaminos, las plumas, tintas y demás materiales impuros; el tercero llevará el atamé, la lámpara y las velas; el cuarto los salmos y el resto de los instrumentos; el quinto el crisol o bracero y el carbón o combustible. Es necesario que el Maestro lleve en su mano la espada o la vara mágica o el cetro. Una vez dispuestas estas cosas, el Maestro avanzará con sus discípulos hacia el lugar escogido, donde construirán el Círculo para las artes mágicas y operaciones, repitiendo en el camino las oraciones que se encuentran en el Libro II. Una vez que han llegado al lugar escogido, el Macro debe encender la flama del fuego y habiéndolo exorcisado como se muestra en el Libro II, debe encender la vela y ponerla en el candelero, el cual uno de los discípulos debe tener siempre en la mano para alumbrar al Maestro en su trabajo. Ahora el Maestro del Arte, cada vez que tenga ocasión para hablar de algún propósito particular con los espíritus, debe ocuparse de formar ciertos círculos
diferentes relacionados directamente con la operación particular que quiera llevarse a cabo. Si se desea tener éxito en la formación correcta del Círculo Mágico, para mayor seguridad y eficacia debe construirse en la siguiente manera:
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